La Historia y la Geografía. Dr. F. Durán A.
Para
comprender la historia hay que conocer la geografía pues estas dos ciencias van de la mano .
Nuestra historia desde su inicio ha sido ha sido hija única, que ha carecido
de sus hermanas especialmente de la mayor, la geografía.
Un ejemplo, “historiadores” afirman
que destruida Logroño de los Caballeros
por la furia de los nativos, cayeron al
siguiente día con sus ataques sobre la ciudad de Sevilla de Oro, como si
los furiosos nativos estuviesen a pocos
kilómetros de una ciudad y otra. Geográficamente sabemos hoy que de Logroño a
Sevilla de Oro o Macas, están de por medio muchos Km. Imposible de recorrerlos
en medio de la selva y de la noche a la
mañana. Esto sucede por el desconocimiento total de la geografía nacional.
Si un historiador no conoce
por ejemplo la ubicación del río
Cuyes; el valle del Cuy viejo, el río Bomboiza etc. es imposible que se dé
cuenta real de la ubicación de una ciudad fundada por españoles; y sostenga que presumiblemente estuvo en un
lugar muy apartado del sitio geográficamente
preciso.
La historia tiene sus
auxiliares imprescindibles; hoy como
nunca uno de estos auxiliares es la arqueología, está a su vez la antropología,
ciencias que no pueden prescindirse una
de otra.
La historia cuenta que cerca de la
ciudad de Sevilla de Oro, fundada por
los españoles, se construyeron sendos castillos de defensa para contener a
los valientes jíbaros; estos castillos
de defensa construidos no por manos españolas, sino por sacrificados indios de
la sierra traídos como esclavos; y, dirigidos por españoles que entendían de fortificaciones.”…
“Del mismo modo dejaron de la mano el progreso de conquista y dejaron arruinar dos castillos o
fortalezas que había, el uno en San
Antonio y los demás u otro, que no me aseguran su nombre con los cuales
impedían la entrada a los infieles, en mucha parte…” Antonio Gortaire y Goyeneche .–
Quiteño.-Teniente de Milicias y Gobernador de Macas en 1784 .
Pasan trescientos años, llegan los arqueólogos
desconociendo la historia, encuentran estas ruinas; y, lo primero que
identifican son construcciones pre-hispanas, de culturas aborígenes ligadas al
formativo; ven en estas ruinas lo que su mente y psiquis quiere ver, un jaguar
copulando sexualmente con un ser humano. Desconociendo
los arqueólogos la existencia de las fortalezas españolas construidas por los
indios, los cuales naturalmente y
durante todo el tiempo que duró la construcción de estas fortalezas y su
permanencia en ellas, usaban de su cerámica utilitaria como ollas, vasos, etc. traídas de sus
parcialidades serranas, o aledañas a
estas fortalezas, cerámica que ha servido para que los arqueólogos
desconociendo la historia presuman la
existencia de una cultura prehispánica.
Vienen otros arqueólogos y con una
simple explicación lógica desmoronan esta teoría con la que no comparten, y
dicen que solo desde el aire, actualmente se pudiera ver lo afirmado por el
anterior arqueólogo; y que en tiempos supuestos de la construcción de estas
tolas (castillos de defensa) no había forma de que los constructores viesen
desde el aire lo que estaban supuestamente construyendo.
Si se conociera la historia y la
geografía a la par del acontecimiento pudieran darse cuenta que lo encontrado y
estudiado son ruinas de las fortalezas de defensa construidas por los españoles en el siglo
17.–