uNA RELIGIOSA Y LA ESPOSA DE JUAN cORONEL LE PRODIGAN CUIDADOS SUS ÚLTIMOS DÍAS.
el colono que
ya se ha hecho al ambiente, descuaja el bosque a golpe de hacha, y baña con su sudor
la tierra en la que mañana edificará su ancho, para vivir honradamente con su
familia.
Cultiva en poco
tiempo (4 meses) las primeras huertas que le darán lo necesario para el
comienzo de sus labores agrícolas; formará potreros para su ganado; y, la selva
hosca y temerosa de ayer se ha transformado en una alegre parcela bañada por el
sol tropical que le da calor y vida.
Es dueño satisfecho de su obra,
que descansa al ver que sus sembríos día
a día crecen y luego fructifican por la acción de la persistente humedad de la
floresta, con la lluvia mañanera, con la tenuidad de la neblina que preside
casi siempre a la salida del sol .
Dr.
Tomás Vega Toral