Aún es tiempo para considerar al pueblo shuar que
todavía sobrevive como un valioso
recurso humano y cultural; su independencia, está en sus propias manos y en la
de sus líderes, para valorarse así mismo como una cultura milenaria digna de
conservarse en el tiempo y en el espacio
caminado en la ruta del desarrollo moderno sin alejarse de su
propios valores.
Desde tiempos inmemorables, la
inmensa región amazónica, desde el río Palora
al norte, el Marañón o Amazonas al sur, los inmensos bosques hasta colindar con el
Brasil, al este y los flancos de la cordillera de los andes al oeste, han sido
habitados por este aguerrido e independiente pueblo, los shuar, pertenecientes
a su vez a la gran nación Jíbaroana.
De
ellos se ha sabido y han sido descritos, desde los albores de la conquista
española; se los ha querido someter a la fuerza, esto lo intentaron los incas,
luego los españoles, de esta empresa salieron muy mal parados, hasta que ellos
mismo lo reconocieron como un pueblo inconquistable.
Su
curiosidad por el mundo mestizo allende las montañas, permitió que en cierta
forma abrieran las puertas de su territorio al misionero, y al colono; pero no
estaban preparados a afrontar las intenciones
que estos pretendían.
Considerados por el Estado
como salvajes, antes que como seres humanos, sus tierras fueron declaradas
baldías, res nullios, es decir de nadie; sino del primero
que las ocupe.
En 1579, se produjo su primera
rebelión y lograron expulsar de su territorio a los españoles asentados en lo
que estos llamaron la ciudad de Santa Ana de Logroño de los Caballeros; la
razón; los abusos que estos cometían en contra de indefensos indígenas serranos
que los habían esclavizado inhumanamente para satisfacer su ambición de oro.
Los españoles viendo
exterminarse la mano de obra de indígenas serranos en sus minas, no descuidaron “ranchear”, esto es secuestrar a
nativos amazónicos para dedicarlos a la terea de extracción del codiciado
metal; tarea que les fue casi imposible; y, logrando únicamente la rebelión de
este pueblo; y, su consecuente expulsión.
La furia desatada por los
nativos en contra de los conquistadores, puso sobre la región un velo de terror
y de misterio; abandonando la misma por
más de doscientos años, aunque hubo intentos fallidos de reconquista.
Para 1816, cabalga hacia
Gualaquiza, el capitán de conquista José Suero, acompañando al organizador de
la expedición Fray José Antonio Prieto; estos llegan precisamente al lugar en
donde estaba establecido uno de los pueblos más representativos de la nación
jibaroana; los Gualaquiza.
Recibidos con cautela y
curiosidad, tratan de asentarse definitivamente en medio de este pueblo nativo;
pero los abusos de inmoralidad y avaricia hace que este pueblo que los recibió
con buena voluntad, los expulse y salgan precipitadamente a la ciudad de
Cuenca.
Pasada la época colonial
española, y ya como república, dirigen sus pasos a esta región misioneros de
diversas órdenes religiosas, que enviados por sus obispos cuencanos tratan de evangelizar esta tribu, tras estos misioneros llegaban esporádicamente
uno que otro colono de la ciudad de Cuenca, estos con la intención de desarrollar
en estas fértiles comarcas siembras y
cultivos de algodón, tabaco, paja toquilla, caña de azúcar, etc., cuanto
explotar la cascarilla.
Hasta la
década del 1940, los shuar prácticamente seguían sin tener grandes contactos
con los blancos: había algún colono mestizo que se había ido instalando en sus
territorios, pero para los indígenas casi se trataba de una
"curiosidad" que vivía como ellos, aprendía de ellos a cazar para
sobrevivir, a reconocer y usar plantas medicinales, a vestir tipi (falda larga de una sola pieza que
vestían los hombres shuar envuelta en la cintura como único vestuario), y a
construir jeas de palma para habitarlas
.......
En aquella década de los años '40, los colonos pioneros que lentamente se iban
instalando en territorio indígena fundaron el pueblecito de Macas, en un
espacio alto y aireado al lado del río Upano, que hoy sigue siendo el linde con
la selva, y por ello eran apelados por los mismos indígenas como
"macabeos". Actualmente no queda casi ningún macabeo originario con excepción del algún anciano, y los colonos
son llamados por los indígenas "colonos apachi" (apachi es un término
shuar de contenido despreciativo para referirse a los extranjeros,
especialmente a los blancos; en traducción libre es el equivalente a nuestro
"bárbaro").
.......
Aquella primera entrada de forasteros colonos fue una de las consecuencias, repito, de la guerra
Ecuatoriano-peruana del año 1941: los militares entraron en territorio shuar y
detrás suyo llegaron los misioneros y muy poco tiempo después los colonos
(sobre ello, ver la obra de Ernesto Salazar).
Los colonos
fueron invadiendo el territorio de los shuar de forma lenta pero progresiva y
radical. Como dicen los mismos indígenas ancianos:
"al principio < referido a la década de los años 1940-50> nos hacía gracia que vinieran macabeos a vivir entre nosotros. No había ninguna diferencia entre ellos y nosotros; se casaban con nuestras mujeres, tomaban ninjiamanch < chicha> con nosotros, aprendían a hablar shuar y nosotros les enseñábamos a construir jea para vivir, y también a cazar y a pescar, y les dábamos territorios nuestros para que sobrevivieran. Pero de poquito a poco fueron llegando más apachi, y más apachi, y sus casas ya no eran como las nuestras, sino que eran mucho más fuertes, de madera desbastada a máquina y después de piedra. Y nos fueron ocupando terrenos que eran nuestros y cada vez respetaban menos los tratos que habíamos hecho antes.
"al principio < referido a la década de los años 1940-50> nos hacía gracia que vinieran macabeos a vivir entre nosotros. No había ninguna diferencia entre ellos y nosotros; se casaban con nuestras mujeres, tomaban ninjiamanch < chicha> con nosotros, aprendían a hablar shuar y nosotros les enseñábamos a construir jea para vivir, y también a cazar y a pescar, y les dábamos territorios nuestros para que sobrevivieran. Pero de poquito a poco fueron llegando más apachi, y más apachi, y sus casas ya no eran como las nuestras, sino que eran mucho más fuertes, de madera desbastada a máquina y después de piedra. Y nos fueron ocupando terrenos que eran nuestros y cada vez respetaban menos los tratos que habíamos hecho antes.
Al final parecíamos sus esclavos, y nos trataban así.
Ahora ya somos nosotros y nuestros hijos los que tenemos que aprender a hablar
la lengua apachi, y su policía nos coge si no obedecemos sus leyes. Ahora ellos
son los dueños de todo".
....... Frente a tantas presiones externas, los shuar que
habitan en la línea fronteriza con los colonos mestizos están sumidos en un
profundo estado de anomia, que se refleja, por ejemplo, en el 70% de la
población indígena que manifiesta elevados niveles de angustia (datos
originales de las investigaciones etnopsiquiátricas que han realizado
especialistas del equipo interdisciplinar que he coordinado, los psiquiatras
Dr. Joan Obiols y Jorge Atala).
Dr.JosepM.Fericgla
UniversidaddeSalamanca
UniversidaddeSalamanca
Los primeros colonos,
refiriéndonos ya concretamente al cantón Gualaquiza, fueron hombres cultos,
emprendedores que lograron el aprecio de los shuar; que por motivos de rendimiento económicos de sus entables y
las circunstancias del mercado para sus
productos que no les era favorable, fueron abandonando en unos casos, en otros
vendiendo a sus trabajadores o nuevos colonos que seguían llegando, y se
retiraron definitivamente a la ciudad de Cuenca.
La afluencia masiva de colonos
pacíficos, iba haciendo que el shuar cediendo posiciones por la abundancia de
tierras, se vayan retirando cada vez más del centro que se iba poblado por cada
vez por más colonos mestizos; y asentándose en la periferia, de la cual también
un día fueron retirándose y trasmontándose
mucho más lejos.
Con el devenir de colonos, su
historia y vida comienza a declinar,
convirtiéndose ya en conejillos de
indias y motivo de propaganda para obtener réditos económicos para el
misionero, cuanto en objeto de estudios antropológicos para los científicos.
.......
El cambio cultural acelerado es la tónica dominante del mundo Shuar. Los salesianos, especialmente italianos
y españoles, sentaron las bases para tal proceso de aculturación; en tanto que
los colonos dedicados al comercio, los misioneros protestantes norteamericanos,
y el mercantilismo más descarnado sobre las maderas tropicales están acabando
con lo que quedaba de esta cultura tradicionalmente seminómada amazónica.
Chamanismo,AyahuascayOniromancia
Dr.JosepM.Fericgla
UniversidaddeSalamanca
InstitutdeProspectivaAntropològica
MGS-UniversitatdeBarcelona
Este ensayo pretende sacar a
luz mucho de lo que no se ha dicho de este pueblo; y, ojalá algún día se
escriba de ellos y por ellos en forma totalmente imparcial, su extraordinaria
historia y la pérdida de su paraíso.
Desde que los primeros conquistadores
y colonos arribaron en expediciones al territorio shuar, se ha escrito de
ellos.
Hoy
nos preguntamos ¿con cuanta objetividad y verdad se escribió sobre este Pueblo?
¿Se ha tratado el tema shuar con
imparcialidad en tantos libros escritos sobre esta nación?
¿Podemos sacar de ello alguna lección de la
“culturización”, la evangelización, discriminación y las injusticias de pasadas
épocas?
¿Cual
es la verdad tocante al arribo de los
primeros colonos y los shuar?