lunes, 21 de noviembre de 2011

LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS DE GUALAQUIZA.





              

La región que comprende el Cantón Gualaquiza, en la provincia de Morona Santiago, por los múltiples yacimientos o ruinas arqueológicas ha estado poblada desde muy antiguo.

Vasta recorrer entre otros  los yacimientos de Cadi- Zapas, Buenos Aires, Trincheras  en las parroquias de Nueva Tarqui  y Amazonas; San José en la parroquia Rosario,vamos encontrando vestigios de antiguos asentamientos humanos.

 Hasta la fecha ni arqueólogos ni historiadores han logrado desentrañar el misterio que rodea estas construcciones para clasificarlas en prehistóricas o pertenecientes a épocas posteriores; arqueólogos han pasado por Gualaquiza pero sus estudios son extremadamente superficiales, trabajos de campo que no han pasado de contados días  no han dado resultados que podamos llamar científicos y que estos desemboquen  en forma concluyente explicando el origen de estos asentamientos humanos que como se los puede apreciar son de impresionantes dimensiones  y cantidad.

Arqueólogos como el P. Porras  pudo apenas avizorar un yacimiento arqueológico pequeño  en la junta de los ríos Sangurima  y San José, en el sector llamado Remanso, de esta visita corta  no pudo descifrar el origen de este asentamiento quedando el mismo en el misterio.

            Otros arqueólogos  como la expedición  inglesa del London Time que se dirigió al sector de Ganazhuma a explorar las ruinas denominadas Trincheras, en pocos días  pudieron darse cuenta de la importancia de estos yacimientos arqueológicos, pero de igual forma no concluyeron en sus orígenes.

            El misterio de estas ruinas arqueológicas que abundan en el cantón Gualaquiza, debemos vincularla con nuestra historia, esto es y con cierta certidumbre  relacionarla en primer lugar con la importancia  que la región tuvo en lo que a la extracción de oro  se refiere y  por parte de  tribus provenientes de la sierra  (los cañaris), posteriormente la explotación aurífera  en manos de los incas y por último de los españoles.

            Los vestigios arqueológicos encontrados en ellas y sus alrededores  consistentes principalmente en armas líticas como las denominadas hachas de piedra  de manufactura a no dudar  inca nos lleva a una segura conclusión, la presencia  inca en la región, aunque  claro la primera pregunta que nos hacemos es el ¿Por qué las ruinas o yacimientos arqueológicos  no tienen la característica propia de las construcciones incásicas?  

            Recientemente un ciudadano de Nueva Tarqui tuvo el privilegio de encontrar accidentalmente  una muy singular y hermosa pieza  indudablemente incásica  y consistente en un “tumi”, esto es un cuchillo  incásico  de metal  y de  tamaño considerable. Este cuchillo lo usaban los incas como arma, fue tan usado y tenía tal importancia  que parte de la  región cañari a la conquista inca se denomino “tumibamba” o pampa de los cuchillos  (conocida también como Tomebamba, asiento de la ciudad de Cuenca).

            La presencia y hallazgo de esta pieza arqueológica junto a las ruinas de Nueva Tarqui pieza que por poco  desaparece  y sale del país  sin  autorización del INPC (Instituto Nacional del Patrimonio Cultural) y se llevó para su estudio a la ciudad de Quito con la autorización de la Municipalidad de Gualaquiza, nos demuestra la importancia de los yacimientos que el cantón Gualaquiza tiene; y, así mismo nos demuestra  que los incas estuvieron de una u otra manera en  la región.

            Esto nos recuerda  históricamente  el intento de Huayna Cápac  de sojuzgar a la nación shuar; y, su vergonzosa derrota e huida  al no poder  avasallar a los dueños y señores de la floresta  que presentaron  feroz resistencia al invasor.

            Esta pieza  devuelta luego de un reclamo  ante el INPC y cuyo diseño aparece junto con otros  es de manufactura inca, indudablemente vincula los yacimientos arqueológicos con esta cultura. Pieza que dicho sea de paso no la poseen similares en ningún museo nacional.
            Ahora  si  revisamos la historia  y el aspecto vinculante de los yacimientos auríferos, la región de Gualaquiza antiguamente  fue visitada no solo por los incas; posteriormente y durante la época de la conquista española  sabemos por la documentación  existente que los conquistadores se asentaron también  en los lugares que los cañaris o incas explotaban sus yacimientos de oro. 

Así tenemos que a la región de Gualaquiza antes denominada de los jíbaros arriba el Capitán  Bernardo de Loyola, sobrino de Juan de Salinas Loyola, Gobernador General de  Yaguarzongo y Bracamoros; y , por su mandato funda  la ciudad de Logroño de los Caballeros o la Ciudad de Oro en el mismo sitio de los lavaderos y minas de oro  que los indígenas serranos  explotaban. (1.574)

             Esta circunstancia  nos hace concluir sin mucha especulación que  los españoles se asentaron en la región y naturalmente levantaron las construcciones  necesarias para  su  residencia. Documentos de la época nos señalan que en esta ciudad de Logroño de los Caballeros existió  casa del cabildo,la casa de fundición, un cuartel, un convento de Conceptas y la respectiva Iglesia, que así mismo la ciudad tenía repartimientos  de indios  y curatos en varios sitios de la región con españoles y el cura doctrinero, esto explica a mi muy particular parecer que estos vestigios arqueológicos encontrados fueron levantados por los conquistadores y colonizadores españoles  que explotaban oro en varios lugares del cantón  y  para vivir en estos repartimientos debieron construir poblaciones adecuadas de vivienda y en especial como cuentan estos documentos, construcciones de defensa a los ataques de los nativos ( lo que llamaban castillos de defensa).

            Estas construcciones fueron levantadas por los indios  encomendados  y  al estilo  y la forma de construir de ellos mismo; con materiales propios de la zona piedra, madera (bajareque) barro y paja.

            Los españoles conquistadores y  exploradores del oriente nunca tuvieron la intención de avecindarse y construir para ellos ciudades al estilo europeo, su intención siempre fue explotar oro y salir lo más pronto posible y con la mayor  cantidad  de oro, por ello levantaron poblados muy precarios que con el tiempo y los asaltos de los jíbaros  desaparecieron convirtiéndose en ruinas. Esto explica el por  qué en la amazonia no existan ciudades coloniales  como las fundadas por ellos  en el callejón interandino. 

Las ruinas arqueológicas que abundan en nuestro cantón  son a la fecha cimientos y paredes de piedra  con una altura que no pasa de 50 o 60 cm.  del suelo excepto una gran construcción como la localizada en el sector Buenos Aires de la parroquia Nueva Tarqui, que  forman un montículo elíptico  sobre el cual se elevan otros dos más reducidos , y cuyas  paredes pasan de los tres metros de alto .

            En  Cadi-Zapas, las ruinas arqueológicas  constituyen  un complejo muy grande, son lotes  cerrados con su respectiva entrada construidos en forma simétrica y con calles al medio, a orillas  del río Cuyes  existe un gran muro de contención que forma un terraplén en donde se asientan los dichos lotes amurallados y las calles; en la parte occidental de este complejo se remata  con dos construcciones semicirculares.

              Este tipo de construcción habitacional  no pude considerarse sino de tipo español, pues existe en los archivos del Banco Central de Quito, el plano de la ciudad  que creemos ser, la muy rica y bien nombrada ciudad de Logroño de los Caballeros, a orillas del río Cuyes.
            Los yacimientos arqueológicos descritos someramente  y que existen a lo largo y ancho del cantón Gualaquiza, constituyen un enigma al arqueólogo e historiador, por el hecho de que no han sido investigados a profundidad y sobre ellos poco o nada se sabe. A más de ser un potencial atractivo al turismo científico, estos yacimientos esperan al estudioso de la arqueología y la historia, pues en sus  entrañas aún guardan el misterio de un glorioso y trágico pasado.
           
            Para Gualaquiza y la Provincia de Morona Santiago, estas ruinas  son su patrimonio  arqueológico tangible que deben ser preservadas y estudiadas, pues ellas  como asentamientos humanos importantes guardan  en si  la real historia  de nuestro pasado en el que algún momento se fusionaron la cultura  cañari-inca-española; que a la ferocidad y al deseo de libertad  del nativo shuar dueño absoluto de las selvas  orientales  sucumbieron y desaparecieron para siempre.

            Hoy el Gobierno de la Revolución Ciudadana, consciente de la importancia de rescatar, investigar, inventariar y proteger nuestro patrimonio cultural, se encuentra empeñado en sacar a la luz estos vestigios arqueológicos de la provincia, a fin de crear en el científico y estudioso de los monumentos históricos arqueológicos nacionales  el interés  suficiente  para desentrañar  nuestra historia, esa historia que debe ser fidedigna, libre de mitos y leyendas, conjeturas y especulaciones; y, contada a la luz de la verdad científica .