viernes, 2 de diciembre de 2011

DR. RAFAEL KARSTEN-GRAN EXPLORADOR AMAZONICO.



     DR. RAFAEL KARSTEN— 1916-19


Durante  mi estadía.- dice el Dr. R. Karsten.-entre los indios del Oriente de la república del Ecuador, en los años 1.916—1.919, he apuntado los siguientes mitos, de los jíbaros, que viven en la región del Upano, del alto Morona y del Pastaza central. En versiones algo diferentes, se encuentran probablemente, entre todas las tribus de la gran raza jíbara. La mayor parte de estos mitos, se refieren a la interesantísima civilización jíbara, la cual tratan de explicar, y además en ellos se reflejan algo de las ideas religiosas y supersticiones de estos indios.” 

Así inicia el Dr. Karsten  su investigación sobre los mitos de los shuar.

            Este explorador, y etnólogo aprendió el idioma shuar y en este idioma transcribe los mitos  de la tzantza, de la serpiente que causó el diluvio, del mito de Nungüi (madre de la tierra); como los jíbaros recibieron la candela (Ní), la sal (whuí), el barro ( Nüí) para hacer ollas, el zapallo (yui), las saetas para tirar con cerbatana; y, el origen de las estrellas (ya) .

            Para el Dr. Karsten, las selvas ecuatorianas le ofrecieron mil hechos, antes no estudiados, ni descritos por ningún etnólogo.

Rafael Karsten, en su obra Contributions to the Sociology of the Indian Tribes of Ecuador.-1929.      Con tres ensayos contenidos en este precioso volumen, son modelos de exactitud, de minuciosa observación, de método seguro y son de aquella clase de trabajos que tanta falta hace a la literatura sudamericana, aunque desde la feliz iniciación de la etnografía moderna en Sudamérica, por Karl von den Steinen, se vayan multiplicando rápidamente.

El primero de los ensayos “Ideas y costumbres de los indios jíbaros y canelos del Ecuador Oriental, acerca de agricultura” es el más largo y seguramente, el de mayor interés.

            Las ideas religiosas jíbaras, dominadas, a no dudarlo, por el concepto de una fuerza mágica, altamente potente y espiritual, que se encarna en Iguanchi, dan papel muy importante  en  todas las manifestaciones de la vida jíbara, a la madre tierra, personificada en los mitos de Nungüi.

            Según las ideas de los jibaros,  existe una conexión íntima entre la mujer y los frutos de los campos, que ella cultiva, así cuando un jíbaro se casa y funda un nuevo hogar y debe hacer nuevas plantaciones, para que estas sean fructíferas, para que los animales domésticos se multipliquen, necesita hacer una fiesta a fin de que su esposa reciba el poder mágico que le haga ser una buena ama de casa. Esta fiesta, la más importante para los jíbaros, después de la de la tzantza, se llama Nua Tsángu, o sea la fiesta del tabaco de la mujer.  

Los jíbaros escogen  a sus futuras esposas, cuando éstas son niñas de cinco u ocho años y en cuanto llegan a la pubertad, esto es entre ocho y diez años, celebrase la pequeña fiesta del tabaco, la que tiene un carácter provisional, siendo seguida después de dos años por la verdadera fiesta, la que al mismo tiempo es una ceremonia nupcial.

            Durante el intervalo entre una y otra, la muchacha está sujeta a muchos tabús alimenticios, los cuales esta también obligado a observar su futuro esposo, por la íntima unión que existe entre ambos. Infringir los tabús sería sumamente peligroso y la fiesta sería inútil, de tal manera que los animales domésticos no se multiplicarían, sino que irían en disminución, las plantas se secarían o serían destruidas por los insectos.           

            El plantar yuca debe hacerse por varias y complicadas ceremonias, en las cuales se cantan himnos no destituidos de belleza, transcribimos uno:

Las mujeres que somos hijas de Nungüi
Vamos a sembrar.
Ven Nungüi y ayúdanos!
No sois tú, no eres tú, nuestra madre
No somos tus hijas?
A quién pediremos auxilio?
Nosotros sólo poseemos bosques y colinas,
Tú eres la única que puedes ayudarnos
A nosotras que vamos a plantar la semilla”.

            Plantada la yuca, una anciana fija en el suelo un poste de chonta, que así como está fijado firmemente, así hará enraizar la nueva plantación, siéntanse las mujeres alrededor de este poste y con unos cantos tratan de despertar a Nungüi  y a su esposo Shakaëma .

            La fiesta del tabaco dura tres días  y está presidida por una anciana que hace de sacerdotisa, la Whea, y en ella   la mujer debe tomar  vomitivos que la purifican y narcóticos que la comunican poder mágico, poniéndola en contacto con los espíritus; el narcótico especial para esta ocasión es el tabaco mascado y mesclado con saliva.

            Algunas plantas requieren para su buen crecimiento, de ciertos encantamientos y formulas mágicas especiales.

            El segundo ensayo trata, de la caza y de la pesca. …

            En el Oriente se juntan los indios para grandes expediciones de caza, generalmente cuando se preparan para alguna fiesta.

            Antes de salir a estas caserías los canelos practican ciertos ritos que sería imposible describir aquí, por falta de espacio y que tienen por objeto asegurar el buen éxito a los expedicionarios. Los que deben tener la cara pintada con rojo y someterse a rigurosa dieta, antes de la partida.

            Usan además, estos indios de varios amuletos, ya piedras bezares, ya parte del cuerpo de animales que más desean cazar, o ciertas plantas….

            Los jíbaros emplean iguales amuletos para ser buenos cazadores  y los perros que destinan para la cacería son educados con esmero, mediantes ciertos ritos mágicos, que llegan a dar lugar a una verdadera fiesta y observando los dueños, tanto el hombre como la mujer, que se ocupa de su crianza, varios tabús; el perro  también debe observar  durante toda su vida ciertas restricciones, de cuyo cumplimiento cuida su ama.
            Para pescar, todas las tribus orientales conocen cinco métodos, tomar peces con la mano nadando, con anzuelo, con arpón, con redes, con veneno, siendo este último el más importante, para el cual emplean el barbasco (Jacquinia armillaris).

            Los buenos pescadores tienen amuletos de espinas de ciertos peces.

            Termina el libro con un artículo sobre “Costumbres del nacimiento, e ideas acerca de nacimientos sobrenaturales, entre los indios del oriente del Ecuador”

            Dos ideas dominan las prácticas indias, en esta ocasión: primera la intima relación y mutua influencia entre el padre, la madre y su hijo; segunda, lo delicado de la condición de los padres, especialmente de la madre, que en estos días están más expuestos, más que nunca, a la acción de los poderes mágicos nocivos, de aquí la observancia de todos los tabús que el señor Karsten describe.

            Los jíbaros creía que sus hijos eran la reencarnación de sus antepasados, mas esta idea solo lo recuerdan hoy los ancianos; creen que si la mujer concibe es por la acción del marido y el influjo de la luna nueva; pero el papel del marido puede desempeñarlo un muerto o un espíritu; los hijos de los espíritus son generalmente niños monstruosos.

            Las mujeres que durante la menstruación salen solas al bosque, se exponen a ser fecundadas por el demonio, que toma ya forma de un blanco, ya de un hermoso indio, con la cara pintada de achiote.

            El arco iris “el cuilche”, es temido por las mujeres indias del callejón interandino y de las selvas amazónicas por sus fechorías.

            Los gemelos, según los indios canelos, napos y zaparos, son tenidos como hijos de diferentes padres, el marido y el espíritu; para evitar esto los recién casados deben practicar ciertos ritos.

            Los niños que juzgan ser hijos del demonio son matados, ya por los canelos que los entierran vivos, ya por los jíbaros que los aplastan pisándolos.
                                                                                                                    J.J. y C.
*Esta PUBLICACIÒN  data de 1920.