sábado, 5 de enero de 2013

DIALOGO Y TOLERANCIA.



No soy un gualaquicence de nacimiento; pero si uno de corazón, como los  ya miles de ciudadanos ecuatorianos que han encontrado en Gualaquiza un lugar para vivir, lleno de encantos naturales  y de gente  muy respetuosa hacia los demás.

             Nadie puede negar el aporte  cultural, social, y económico que los afuereños, esto es los no nacidos en Gualaquiza, han traído de sus lugares de origen; este bagaje acompañado con el amor  a Dios y a la Patria  ha germinado  en Gualaquiza; y, junto con el aporte de sus propios hijos, ha hecho del cantón un lugar especial para vivir.

Esta armonía  de convivencia se ha visto  bastante deteriorada  de un año para acá. Púes hay en cierta manera una imposición de ideas y criterios  que viene de ciertas personas que no toleran la forma de  pensar de otros ciudadanos  que discrepan con las suyas; esto a llegado al punto de que no se puede hablar de determinado tema por el temor a que  el otro interlocutor se vea  o sienta ofendido por cuanto piensa diferente y de acuerdo con quienes le han dicho como debe pensar.

Hermanos, padres, parientes, amigos se han  visto de una u otra manera separados por el modo de opinar diferente. Esto que refiero se da concretamente en el caso de  opiniones sobre las concesiones  mineras   hechas por el Estado.

La cultura del dialogo va quedando atrás, se quiere imponer  pensamientos ajenos aún por medio de la violencia. Esto es nefasto  y acarrea consecuencias impredecibles.

Un grupo de personas  con todo el derecho pueden discrepar de tal o cual situación o asunto, pero no están en el derecho de querer imponer sus ideas a otros ciudadanos que piensan de diferente manera, ni mucho menos tomar el nombre del “pueblo” y propiciar daños a la integridad física o  moral de otros ciudadanos, o a los bienes nacionales o particulares.

Dialoguemos y busquemos consensos que vayan en beneficio no  personal o de grupo, sino nacional  y respetemos el criterio y opinión ajeno, esto es democracia.

  FDA.

DEL LIBRO GEOGRAFIA DEL ECUADOR DE VILLAVICENCIO año 1860





La parte de los jíbaros, donde se hallaba Logroño, fue agregada al gobierno de Cuenca, por una cédula real, habiendo sido primero de Macas y después de Yaguarzongo. Se denominó esta parte misiones del Gualaquiza y Rosario. Con motivo de esta agregación por los años de 1670, se hicieron algunas tentativas por el gobierno de Cuenca para la reconquista de los jíbaros del Paute o Gualaquiza, en donde vivían las tribus de los Pautes, Paloras, Palmas y Logroños: mas como estas expediciones no consiguieron su objeto por la fuga de los jíbaros, el gobierno de entonces mandó que no se hicieran mas gastos  del tesoro real, sino que se invitara a los particulares, ofreciéndoles a nombre del rey los correspondientes premios por la conquista y progresos que hicieren.

   Un caballero acaudalado que a la sazón se hallaba en la ciudad de Cuenca, abrazó con entusiasmo la empresa y dispuso su entrada por el pueblo de Paute, cerca de Cuenca, por ser desde allí, navegable el rio Paute (después llamado Santiago) hasta salir al Marañón. Esta primera tentativa dejó mendigo al empresario. Después se hizo otra por una compañía de Cuenca y tuvo igual resultado.

    El obispo de Quito excogitó el medio de mandar misioneros jesuitas a la conquista en el año de 1631: estos obtuvieron buen suceso, y por el año de 1790 salían ya muchos jíbaros al pueblo de Paute con sus efectos de comercio: dos años después entraron allí muchos blancos llevándoles herramientas y bujerías.

 Los jíbaros continuaron saliendo con el objeto de hacer bautizar a sus hijos y adquirir compadres, a quienes reputan como parientes. Continuó su tráfico sin interrupción hasta el año de 1812, en que presenciaron las disensiones del pronunciamiento de la independencia y los movimientos de tropas de Cuenca y Quito; esto los hizo retirar; mas, dos años después, volvieron a salir para estrechar sus relaciones con los hombres de importancia, entre los cuales distinguieron mucho al  doctor  Pablo Hilario Chica,  que fue un oidor distinguido.

 Las visitas que hacían a este caballero eran muy frecuentes, y en el año de 1816 salió un gran número de jíbaros con la pretensión de llevarle consigo, pues tal era lo que le amaban. … Desde entonces comenzaron a hacer muchos establecimientos los cuencanos y los vecinos de los pueblos contiguos.

 Los naturales del Sigsig, en compañía de los jíbaros, trabajaban un camino para los pueblos de Gualaquiza y Rosario, muchos años antes fundados con curas, misioneros y autoridades puestas por los ecuatorianos”.
Dr. Manuel Villavicencio .

Enero 20—1860 

EL SHUAR


SHUAR PESCANDO Y CAZANDO- FOTO 1920

Cabe  una visión del shuar que se publica   en  el año 1942. Que dice:

             “El shuar tiene en su organización distintiva, algo de completo.

             Dotado de ingenio sutil y astuto, de una fuerza muscular verdaderamente prodigiosa, se cree superior a nosotros.

El hombre es un cazador verdaderamente perfecto, un pescador experto en las purísimas aguas de los ríos orientales.

La parte de los mejores animales silvestres, es para él: saínos, armadillos, conejos, pájaros sabrosísimos, están a su disposición en la inmensidad de los bosques.

Frutas delicadas que les prodiga la floresta, les regala en todo momento para satisfacer su goloso apetito.
Nunca en sus huertas falta yuca, banana, camote, algodón y piña.

    Las mujeres son cocineras excelentes, más sobre todo hábiles fabricadoras de una bebida original: la chicha mascada, que si en realidad es nauseabunda por su manera de fabricación, es empero muy nutritiva y sobre todo muy gustosa para los shuar”.


LOS HERMANOS VEGA MUÑOZ.


 ANTONIO VEGA MUÑOZ
 MIGUEL IGNACIO
GUILLERMO VEGA MUÑOZ.


Los hermanos Vega Muñoz, esto es  Guillermo, Miguel Ignacio y el General Antonio Vega Muñoz, fueron los colonos  de primera hora que arribaron a Gualaquiza, trayendo el desarrollo y el progreso a la región.

Fueron los que respaldaron y apoyaron al misionero salesiano, quienes no hubiesen arribado a Gualaquiza sin contar con este inmenso apoyo  de quienes prácticamente fueron los dueños de la región, en especial de lo que hoy es el centro cantonal.

Sus haciendas como la de Yumaza, La Carolina etc. Fueron grandes productoras de  algodón, paja toquilla, cacao, café, caña de azúcar y otros productos que sacaban a la ciudad de Cuenca, abasteciendo el mercado.
 La trágica muerte del General y de Guillermo puso fin a  la sociedad Vega Muñoz.


Hijos del primer  gran hacendado o entablador de Gualaquiza. Antonio Vega Dávila.

El General Antonio Vega Muñoz, combatió a las montoneras de Alfaro
.
 En tiempos de Paz se dedicaba a sus haciendas especialmente las de Gualaquiza. 

Trajo consigo muchos peones que luego pasaron a ser colonos dueños de sus propios entables, y primeros pobladores de la ciudad.

El General Antonio Vega, falleció prematura y trágicamente asesinado luego de la batalla de Ayancay, cerca de Cuenca; y su hermano Guillermo, falleció en Gualaquiza, víctima de una explosión de pólvora que se produjo al maniobrar con un cautín el embase que contenía este explosivo.

La contribución al desarrollo y progreso de Gualaquiza de los hermanos Vega Muñoz y su padre cuanto de otros parientes fue imponderable.

INFORME DE MONSEÑOR PLAZA AL GOBIERNO- 1853 SOBRE GUALAQUIZA.


El 9 de abril de 1853, este Prelado  envió un valioso informe escrito de su puño y letra el 9 de abril de 1853, dirigido al gobierno, dando cuenta de su exploración apostólica a Gualaquiza.

Este informe, tiene un gran valor histórico como lo aprecian los renombrados historiadores  Dolores y Alfredo Costales al manifestar:

1.-Gracias a su larga experiencia misionera, el obispo descubre “ una civilización religiosa y social” en las tribus nómadas… considera al jíbaro como persona humana con un carácter propio, con costumbre y religión.

2.-Traza los rasgos antropológicos del jíbaro recogiendo principalmente los ritos mortuorios de este pueblo.

Lastima grande fue la muerte de este Misionero  de tan lúcida percepción antropológica.

De su informe al Gobierno de ese entonces, existe una amplia investigación de los citados historiadores de renombre nacional; fuente muy interesante para quienes quieran saber de este viaje exploratorio realizado por este célebre Obispo de Cuenca. 
Estos datos se pueden encontrar en la obra :Historia de Macas en el departamento del Sur y la República.
(Casa de la Cultura Núcleo de Morona  Santiago).

FRAY JOSE MANUEL PLAZA. Primer Obispo que visita Gualaquiza.


Nacido en Guamote (Chimborazo) el 14 de enero de 1772, ingresó a la Orden Franciscana. Ordenado Sacerdote en Quito el 29 de octubre de 1795.    

   En 1796 ingresó a las misiones de Maynas en donde permaneció medio siglo ejerciendo veinte años como Prefecto Apostólico.

                 Proclamada la Independencia se retiraron los misioneros españoles y quedó solo en la misión, hasta que el Congreso de 1846 a pedido del Diputado Vicente Rocafuerte, le presentó para el Obispado de Cuenca. Preconizado el 24 de octubre de 1846.

En su tiempo se creó la Provincia Eclesiástica  Ecuatoriana.

Abrió desde Cuenca la Misión de GUALAQUIZA, y trazó la vía  de comunicación con Brasil por Tabatinga, navegando el río Santiago.

   En su entrada el obispo Plaza halló entre Gualaquiza y Yumaza, como unas cuarenta cuadras limpias y ocupadas por una antigua familia de las que se habían quedado a pesar del temor que inspiraban los jíbaros.

Este insigne Obispo y Pastor, fue el primer obispo misionero en visitar El Rosario y  Gualaquiza, por ser de su jurisdicción (parroquias del Cantón Gualaceo. provincia de Cuenca).  FDA.

PRIMEROS COLONOS CUENCANOS EN GUALAQUIZA.






Atraidos por el misterio y la fábula, por la esperanza de cosechar los frutos sembrados con tanto sudor y lágrimas; por el horizonte prometedor de un suelo fértil en donde se ve crecer las plantas, a Gualaquiza llegaron prestantes ciudadanos de la Ciudad de Cuenca; mencionemos solo  unos cuantos que nos viene a la mente .

Luís Cordero, jurista, científico, botánico, filántropo, Presidente de la República del Ecuador, fue propietario de grandes extensiones de terrenos en Gualaquiza, especialmente en el sector de Chiguinda.

 Los Niemes, los Quintanillas, los Vega Dávila, los Cárdenas Moscoso los Vega Muñoz, son unos cuantos colonos pioneros  de los que podemos mencionar que bregaron para que esta tierra produjera los frutos que trajeron, paja toquilla, tabaco, caña de azúcar, maíz, etc. que con los productos propios de esta tierra, sacaban en grandes recuas de mulas hacia Cuenca.

Pero lo más importante que trajeron fue el elemento humano que aprendió a labrar la tierra  se aclimató en  este suelo  y vislumbraron un futuro prometedor.