viernes, 17 de febrero de 2012

Algo de nuestro patrimonio Cultural.


                     

A propósito del Patrimonio Cultural de Gualaquiza, en lo referente  al arquitectónico, ya nada o casi nada nos queda.

Alguien  se creyó dueño del templo, que realmente pertenecía al pueblo de Gualaquiza, en complicidad con el tiempo y el clima se encargaron de terminarlo.

           Ya era vieja- fue el argumento que se exhibió para derrocar la bella iglesia de madera que por muchísimos años sirvió de Casa de Oración, a quienes de hinojos acudían a ella.

            De sólida construcción, no se lo reparó exteriormente; la destrucción o demolición de ella se hizo en un santiamén.
 Hermosas pinturas murales que la adornaban con profusión cayeron al suelo  al efecto del martillo; no se intento rescatar técnicamente estas pinturas que en la tabla habían pintado  buenos artistas como  Vivar de Cuenca,  que pintaba para los salesianos de ese entonces.

            Hoy si se hubiese tenido cuidado de conservar  estas pinturas, se las hubiese rescatado con toda facilidad, con la ayuda de un técnico que no hubiese faltado; y la colaboración del Instituto Nacional de Patrimonio Cultura; que creo dio el visto bueno para  que aquella hermosa iglesia de madera  se viniese al suelo, “por que ya era vieja”, que su campanario se caía ?
 Es cierto, pero si pudo haberse reparado.

 Hoy tenemos un templo de cemento, con “vitrales” pintados que realmente no son vitrales en el sentido técnico de la palabra, con un poco de tiempo estos se borrarán.
 No nos queda más que la  nostalgia a quienes conocimos ese hermoso templo de madera, ya desaparecido para siempre.